Qué es la Rizartrosis?
La rizartrosis, aparece entre el primer metacarpiano y el hueso trapecio, en la base del pulgar. Esto ocurre debido a la degeneración del cartílago articular, que ayuda a que las articulaciones se muevan suavemente y que al deteriorarse hace que los huesos se frotan entre ellos provocando dolor.
La rizartrosis es progresiva y se va cronificando en el tiempo, siendo más frecuente en mujeres a partir de 50 años.
Esta patología puede provocar dolor, que limita las actividades de la vida diaria, ya que el dolor aumenta al realizar cualquier movimiento con la mano.
En sumed os enseñamos algunas de las ortesis de pulgar que tenemos y ayudan a aliviar el dolor mediante una inmovilización específica del pulgar, que proporciona confort, alivio de la presión, libertad de movimientos y facilidad de colocación.
- Rhizoloc OA: alivia el dolor mediante una inmovilización específica en casos de osteoartritis, artritis, lesiones o sobrecarga e irritación en la zona del pulgar o en la articulación del pulgar.
- Ligaflex rhizo: mantiene la articulación del pulgar en posición neutra, proporciona confort, alivio de la presión, libertad de movimientos, facilidad de colocación.
- JuzoPro Rhizo Xtec Soft: estable, segura y discreta.
- Rhizo Forte Actimove: permite una inmovilización segura, con un diseño ligero de bordes redondeados, que aseguran el confort al usuario.
Los síntomas de la rizartrosis pueden incluir:
1. Dolor en la base del pulgar, que puede empeorar con el movimiento o la presión.
2. Inflamación y sensibilidad en la articulación.
3. Dificultad para realizar actividades que impliquen el uso del pulgar y la mano, como agarrar objetos, escribir y abrochar botones.
4. Rigidez en la articulación, especialmente por la mañana o después de períodos de inactividad.
El tratamiento de la rizartrosis puede incluir una combinación de medidas conservadoras y opciones médicas, que pueden varias según la gravedad de los síntomas. Algunas de las opciones de tratamiento incluyen:
1. Reposo y protección del pulgar.
2. Terapia física y ejercicios para mejorar la fuerza y la movilidad de la mano.
3. Uso de férulas para inmovilizar la articulación y reducir la presión sobre ella.
4. Medicamentos antiinflamatorios para reducir el dolor y la inflamación.
5. Inyecciones de corticosteroides para aliviar el dolor y la inflamación de la articulación.
6. En casos más graves o cuando otros tratamientos no son efectivos, la cirugía puede ser una opción para reparar o reemplazar la articulación afectada.
Es importante consultar a un médico o un especialista en ortopedia si experimentas síntomas de rizartrosis para recibir un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado. El tratamiento temprano puede ayudar a controlar los síntomas y prevenir complicaciones a largo plazo.
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