Qué es la Terapia Frío/Calor para Lesiones Ortopédicas

La terapia de frío y calor es un tratamiento ampliamente utilizado en ortopedia para el manejo del dolor, la inflamación y la recuperación de lesiones musculoesqueléticas. Dependiendo de la naturaleza de la lesión, la aplicación de frío o calor puede ofrecer alivio y favorecer la recuperación. En este artículo, explicaremos en detalle cómo funciona esta terapia, cuándo se debe utilizar cada técnica y sus beneficios en el contexto ortopédico.

Fundamentos de la Terapia Frío/Calor

La terapia frío/calor se basa en la aplicación de temperaturas extremas en el cuerpo con el fin de modular la respuesta del sistema musculoesquelético. Mientras que el frío se utiliza para reducir inflamación y adormecer el dolor, el calor favorece la circulación sanguínea y relaja los músculos y tejidos.

Terapia de Frío (Crioterapia)

La crioterapia consiste en la aplicación de frío para reducir la inflamación y aliviar el dolor en una lesión aguda. Se recomienda en las primeras 24 a 72 horas después de sufrir una lesión ortopédica, como un esguince, torcedura o contusión.

Mecanismo de Acción

- Disminuye el flujo sanguíneo en la zona afectada (vasoconstricción).

- Reduce la inflamación y la hinchazón.

- Alivia el dolor al adormecer las terminaciones nerviosas.

- Previene el daño tisutal secundario.

Formas de Aplicación

- Compresas frías o paquetes de gel: Aplicados sobre la piel envueltos en una toalla fina.

- Bolsas de hielo: Nunca deben aplicarse directamente sobre la piel para evitar quemaduras por frío.

- Baños de inmersión en agua fría: Comunes en lesiones deportivas.

- Terapia con criomasaje: Uso de rodillos o dispositivos con frío localizado.

Terapia de Calor (Termoterapia)

La termoterapia utiliza el calor para mejorar la circulación y reducir la rigidez muscular, siendo más recomendable en lesiones crónicas o fases avanzadas de recuperación.

Mecanismo de Acción

- Favorece la vasodilatación y mejora la circulación sanguínea.

- Relaja los músculos y reduce la rigidez articular.

- Acelera la cicatrización y la reparación tisutal.

- Aumenta la flexibilidad y reduce la sensación de dolor crónico.

Formas de Aplicación

- Compresas calientes o almohadillas térmicas: Se aplican directamente en la zona afectada.

- Baños de agua caliente: Relajan los músculos y mejoran la movilidad articular.

- Parafina: Usada en manos y pies para tratar rigidez y artritis.

- Terapia de ultrasonido térmico: Utilizada por fisioterapeutas para tratar lesiones profundas.

Cuándo Usar Frío y Cuándo Usar Calor

Indicaciones del Frío

- Esguinces y torceduras.

- Golpes y contusiones.

- Inflamaciones agudas.

- Dolor postoperatorio inmediato.

- Bursitis o tendinitis en fase inicial.

Indicaciones del Calor

- Dolor crónico en articulaciones y músculos.

- Espasmos musculares y rigidez.

- Artritis en fase no inflamatoria.

- Recuperación de lesiones musculares.

- Dolor lumbar o cervical.

Precauciones y Contraindicaciones

Tanto la terapia de frío como la de calor tienen contraindicaciones que deben tenerse en cuenta para evitar efectos adversos.

Precauciones con la Terapia de Frío

- No aplicar hielo directamente sobre la piel.

- Evitar el uso prolongado (no más de 20 minutos por sesión).

- No utilizar en personas con problemas circulatorios severos.

Precauciones con la Terapia de Calor

- No aplicar calor en zonas inflamadas o con hematomas recientes.

- Evitar temperaturas excesivas que puedan provocar quemaduras.

- No aplicar en personas con neuropatías o sensibilidad reducida.

Beneficios de la Terapia Frío/Calor en Ortopedia

- Acelera la recuperación de lesiones.

- Reduce la necesidad de medicamentos analgésicos.

- Mejora la movilidad y la calidad de vida.

Complementa otros tratamientos ortopédicos como fisioterapia o rehabilitación.

La terapia de frío y calor es una estrategia efectiva y accesible para el tratamiento de diversas lesiones ortopédicas. Conocer cuándo y cómo aplicarla es clave para maximizar sus beneficios y evitar complicaciones. En caso de duda, siempre es recomendable consultar con un especialista en ortopedia o fisioterapia para obtener un tratamiento personalizado y seguro.